Consenso en RTVE

Consenso en el telestado. Nada mejor para unir a los políticos que la televisión. La renovación del Tribunal Constitucional puede esperar. Lo mismo la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones o la de la Competencia. No hay manera de que PSOE y PP se pongan de acuerdo. Pero la tele, ¡ay!, anuncia Luis Fernández su dimisión y los dos principales líderes políticos se entregan para consensuar un sustituto antes de que el presidente de la Corporación RTVE pueda formalizar su renuncia.

La política es rápida cuando su interés es de prime time.

Alberto Oliart, ex ministro de UCD, tendrá que emplearse tan a fondo como cuando fue responsable de Defensa tras el golpe del 23-F. A recuperar consensos en los tres años de mandato que hereda del anterior presidente. Todos tranquilos. Ya ha prometido "objetividad y neutralidad", la mejor herencia de Luis Fernández. El propio consejo de RTVE no sale de su asombro cuando varios de sus miembros movían la cabeza en pos del cargo.

Zapatero y la vicepresidenta De la Vega no se pueden permitir el fracaso de la reinvención de la televisión pública sin publicidad. Tampoco una lucha política dentro del consejo de RTVE. Rajoy juega la carta de la urgencia para conseguir el nombramiento de una persona cómoda y sin aspiraciones futuras. Algunos socialistas rumian el sentido de tanto consenso cuando grandes televisiones públicas están en manos de la derecha. Pantallas donde hasta el disimulo de la imparcialidad está ausente, como en Telemadrid o la valenciana Canal 9.

Luis Fernández se va. Su proyecto de radiotelevisión pública no soporta las mínimas rebajas presupuestarias y de programación impuestas. Otra vez la discusión del servicio público y su función en la era de la convergencia multimedia queda sepultada por la batalla de las audiencias y los intereses políticos y comerciales.

Oliart llega envuelto de consenso, gestión y aplausos de las autonomías mientras mantienen la publicidad en sus teles. La paradoja es un presidente de 81 años en la televisión que jubiló a los mayores de 52.

Columna en los medios de Vocento