El periodismo de investigación avanza. En la historia del periodismo hay algunos detalles que definen las grandes investigaciones: cuentan lo que nadie quiere que se sepa, utilizan gran cantidad de datos y fuentes para confirmarlo y explicarlo, y el resultado es una gran historia.
Dos ejemplos recientes en The Washington Post y Propublica muestran la nueva dirección, herramientas, formatos e interfaz del nuevo y gran periodismo de investigación. Un periodismo que descubre lo que no se sabe, aporta los datos necesarios, los hace accesibles a través de las mejores herramientas tecnológicas y permite al público tanto consultar detalles concretos para aumentar la utilidad de la información como participar y aportar detalles relevantes.
Pero además su nuevo interfaz permite acceder a la información por capas, con el nivel de profundidad que distintos lectores requieren o necesitan.
Top Secret America es la última gran investigación de The Washington Post. Dos reporteros, Dana Priest y William M. Arkin, han pasado casi dos años investigando todos los resquicios del entramado de los servicios secretos, las redes de espionaje y su negocio, sus vinculaciones políticas y económicas, y los lugares donde están los principales centros secretos.
Es una gran investigación contada en una serie de artículos. Pero el diario norteamericano no se ha quedado ahí. Sus reporteros han utilizado bases de datos, mapas, buscadores y otras herramientas tecnológicas para conseguir y procesar la información. Y The Washington Post las utiliza para ofrecer la mejor información a su público.
Mapas interactivos, una base de datos de los contratos gubernamentales y las empresas del negocio del espionaje y los servicios secretos sirven para ofrecer al público la mayor cantidad de información.
Los lectores también pueden participar en diversos momentos del proceso informativo: tanto al principio, colaborando en la investigación con sus datos como a través de comentarios tanto en la propia web como en Twitter #topsecretamerica o Facebook.
Pero además los autores de los reportajes participan contestando las preguntas del público en una comunidad interactiva donde se consigue una conversación de calidad.
Propublica es una de las mayores organizaciones sin ánimo de lucro dedicada al periodismo de investigación. Periodismo del siglo XXI porque busca fondos y recursos para sus reportajes cuando para la mayoría de los medios y los periodistas investigar se ha convertido en un lujo. Un periodismo imprescindible pero a menudo olvidado por la dificultad para rentabilizar las grandes investigaciones.
Propublica ha rediseñado su web en junio para encontrar el formato más adecuado y ha convertido sus grandes proyectos en formatos de información en proceso o flujo -al estilo de Living Stories de Google- para ofrecer el mejor acceso y la información más completa.
En sus series se suceden reportajes, bases de datos, búsquedas ayudadas con filtros, gráficos, multimedia y varias herramientas para que el público pueda participar y ayudar en las investigaciones.
El resultado son grandes investigaciones con muchos puntos y formatos de entrada, un interfaz fácilmente navegable, personalizable para cada usuario y con más posibilidades -no en el caso de Propublica, pero sí en otros- de comercialización y rentabilización de las investigaciones. Minería de datos de todas las fuentes accesibles y relaciones entre los datos vinculados tanto para los reporteros como para el público más exigente.
El periodismo está obligado a mejorar sus formatos y estilos para desarrollarse y aprovechar los recursos de las redes y medios digitales. Y sobre todo para ofrecer al lector la mejor información de la forma más accesible y aprovechable. El viejo concepto de página no es suficiente. La información es un proceso: actualizable, interactivo, formateable, donde la narración y los datos importan. Es necesario encontrar las mejores herramientas y estilos para su desarrollo dinámico, personalizable y social. Los documentos, las piezas o artículos, cerradas son sólo elementos de ese proceso que permite un mejor aprovechamiento, comunicación, comprensión y navegación de la información. Además permite nuevas fórmulas de comercialización y publicidad para rentabilizar el gran periodismo, el que demanda más recursos y tiempo para lograr resultados. A través de la construcción de este tipo de webs como flujo se puede asociar la publicidad relacionada, contextual o por comportamiento del usuario tanto a los repositorios como a cada uno de los elementos informativos. Es factible también aprovechar las redistribución a través de las redes en widgets temáticos o a través de las páginas y la actividad de los usuarios para ubicar publicidad y promociones contextuales y personalizadas. Y por supuesto el procesamiento, la generación de bases de datos vinculados (linked data) entre sí y a mapas, gráficos, RSS y otros formatos de actualización permite su comercialización de pago para quienes busquen más información sobre estos teman o la quieran aprovechar en sitios externos a través de la exportación de datos (xml, APIs) y otras posibilidades.
Algunos medios son referentes en el uso de la interactividad de los usuarios y el periodismo P2P o de crowsourcing. Especialmente útil y desarrollado a través de los teléfonos móviles en países con restricciones de libertades o escasa penetración de internet. Pioneros como Ushahidi o Vote Report India han señalado el camino y sus posibilidades. Además de demostrar que el periodismo 3.0 no requiere grandes tecnologías ni inversiones, sino aprovechar con imaginación e inventiva los recursos disponibles, el software libre y las herramientas de cloud computing. Ciertos medios están avanzando en la interfaz de información como flujo más allá de las grandes investigaciones. Un camino que aprende de la experiencia de los blogs y donde se incluyen las nuevas herramientas. Además del experimento de Google con The New York Times o The Washington Post, el rediseño de la revista digital Salon como blog continuo ordenado por tópicos y los agregadores han inspirado tanto el nuevo diseño de Propublica como el de The Economist con su agrupamiento de toda la información relacionada sobre un tema para ampliar y profundizar en la larga cola de sus contenidos. Nuevos formatos, nuevos estilos, mejores diseños para el periodismo de calidad y su negocio.
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