1 de enero. TVE dejará de emitir publicidad. Más tiempo de programación que nunca, así que todos los canales se unen para producir contenidos y llenar las horas liberadas. Los informativos serán más largos y el Canal 24 Horas completará los telediarios de La 1. La 2 Noticias crece en un nuevo programa de dos horas llamado En la 2. La noche del primer canal se cerrará con un programa de deportes y siguen los programas eje de la parrilla actual. Y nos espera mucha, mucha autopromoción. Todavía una mayor inundación, especialmente molesta en los telediarios.
¿Más televisión para la misma televisión? La nueva RTVE es continuista, sin grandes diferencias de contenido entre una televisión comercial competitiva y otra con más servicio público, como fija la nueva ley de financiación.
TVE deberá emitir más programación infantil, películas y series europeas y también asegurar más presencia de esos políticos de los que cada día desconfía más la ciudadanía. La ley reclama mayor promoción de la cultura, el arte, la ciencia y la investigación. Por ahora no hay noticias de esos contenidos más allá de los programas arrumbados a horas intempestivas y el estreno en la TDT de Cultural.es.
Un servicio público digital audiovisual en el siglo XXI debería ser más abierto, plural y participativo. La desaparición de la publicidad y la convergencia abren la posibilidad de crear una red pública multiplataforma con contenidos televisivos convencionales, pero también convertirse en una plataforma de difusión y promoción de otros contenidos. Los nuevos talentos, las obras financiadas con dinero público, espacios para creaciones sin hueco entre los espectáculos y el audiovisual comercial, más difusión de la cultura, la ciencia e investigación, además de una apuesta por la educación y la participación ciudadana.
Una televisión no sólo sin publicidad, sino más pública y de todos. Donde el tiempo liberado de la publicidad no se llene con más minutos de lo mismo, sino con más alternativas.
Columna en los medios de Vocento