¿Quién impone los símbolos religiosos?
Comunicación

¿Quién impone los símbolos religiosos?


El PSOE se ha negado a votar a favor de una ley para retirar los símbolos religiosos de los actos y ceremonias institucionales. Y otra vez los ciudadanos que defienden la aconfesionalidad del Estado y la estricta separación de religión y administración civil, sea cual sea su creencia religiosa o ausencia de ella, se sienten estafados.
La estafa, las incoherencias de los socialistas, la traición a sus propios principios, demuestran lo poco dispuesto que está el gobierno de Zapatero a defender la laicidad y algunos principios irrenunciables del republicanismo y de la izquierda de los que tanto alardea. Las promesas de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tienen menos eco e influencia que un avemaría a la puerta de una discoteca.
La táctica de acercamiento al centro, político y sociológico, se impone.
Pero en las disculpas del PSOE aparecen algunos indicios de por qué se mantiene el poder de la iglesia católica en España en ámbitos que no le corresponden.
Dijo el diputado Ramón Jáuregui que el PSOE no quiere prohibir nada. Y uno se pregunta por qué han prohibido cosas que también eran hábitos y costumbres sociales, y se han prohibido para proteger a quienes no los practicaban. A menudo en lo físico. Toca también en lo de conciencia.
Y dice el portavoz socialista José Antonio Alonso que no se puede prohibir lo que no está regulado: "No hay ninguna norma que modificar".
Y tiene razón. La Constitución y el reglamento de la promesa de los cargos públicos de 1979 permitieron al actual gobierno ser el primero en usar sólo la fórmula laica de la promesa. Porque se promete una función pública, no un cargo eclesiástico ni religioso.
Y por eso esos símbolos deben eliminarse de tales ceremonias. Para desvincular poder religioso y civil, como sabemos desde la Ilustración y como principio de la Modernidad. Porque son cargos cívicos y de función pública, no religiosos. Ninguna autoridad eclesiástica puede sancionarlos y se deben ejercer con libertad de conciencia.
Pero efectivamente no hay nada que prohibir ni ley o reglamento que cambiar. Simplemente hay que hacer cumplir a todas las instituciones la ley, sean la monarquía o cualquier otra. Usar sólo los símbolos del Estado (y de las autonomías o ayuntamientos) en este tipo de ceremonias, porque de cargos y funciones públicas se está hablando.
Pero en la costumbre de mantener y colocar esos símbolos se perpetúa un privilegio de la iglesia católica sin relación alguna con las creencias de quienes prometen sus cargos. Y así se mantiene una posición a la que se aferra la jerarquía eclesiástica para imponer sus mandamientos y principios más allá del legítimo ámbito de sus fieles y sus conciencias al resto de la sociedad.
Porque ellos si prohíben, o lo intentan, fuera de sus funciones y ámbito.




- Una Cruz Para Nombramientos Anacrónicos
Las nueve mujeres y ocho hombres del nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero prometieron hoy sus cargos ante el Rey. Todos utilizaron la fórmula de la promesa, reglada desde 1979, pero ante ellos, en primer plano: un crucifijo. ¿No es hora...

- Rápido, Llamen A Lakoff
A Z, el heterónimo de José Luis Rodríguez Zapatero para las elecciones de marzo de 2008, no le importan los votantes de izquierdas. Z pide un mandato más a sus votantes para acabar su programa. Pero le tiemblan las piernas con el PP y ha cambiado...

- Nacionalcatolicismo Al Ataque
En el país con más procesiones católicas del mundo, con santos y vírgenes sacados a pasear para jolgorio general y con tantas iglesias e imágenes que pueblan nuestra realidad y nuestra historia es un sarcasmo la preocupación de los obispos por la...

- Velos Contra La Libertad
La identidad posmoderna vuelve a ser religiosa y mágica. Muchos vuelven al mito y las creencias para defenderse de una sociedad globalizada atosigante. El identitarismo gana a la ciudadanía y por esas heridas mana la sangre de la intolerancia, el desencuentro,...

- El Sitio Del Papa
Benedicto XVI no es Juan Pablo II. Su primera visita a España ha marcado diferencias con su predecesor. Benedicto no es un papa de multitudes enfervorizadas ni de mensaje político chocante con el poder temporal. Su mensaje es, sobre todo, doctrinal....



Comunicación








.