Todo es TDT. A partir de esta semana televisión y digital son sinónimos. El apagón va cubriendo el país. Es la primera transición digital, pero no será la última y se abren nuevas incógnitas: ¿cuántos canales de pago habrá? ¿qué cadenas emitirán en alta definición? ¿cuántas emisoras locales y autonómicas sobrevivirán? Preguntas para un futuro digital sin despejar.
Atento, no crea que acabó de sintonizar. El gobierno reparte el dividendo digital y las cadenas completan el despliegue de sus canales en los nuevos múltiplex. Las frecuencias inicialmente acordadas no sirven y habrá que resintonizar los televisores. Muchos telespectadores incluso tendrán que volver a orientar sus antenas para recibir bien los nuevos canales, ubicados en otras frecuencias para liberar las viejas a los nuevos servicios de banda ancha y telefonía.
Y si todavía no ha cambiado de televisor, aguarde. Esta primavera varias marcas anuncian la comercialización de aparatos con conexión directa a internet. Si tiene banda ancha en casa, ADSL o cable, este es el futuro, no se conforme con la TDT, una tecnología ni tan interactiva ni tan repleta de servicios como los propagandistas del apagón proclaman.
La Academia de la Televisión acaba de editar un informe donde profesionales y expertos coinciden: habrá que esperar a la segunda transición digital, la de la banda ancha, para disfrutar todas las ventajas de la televisión digital. Cadenas y productoras se preparan para ese futuro mientras muchos ciudadanos siguen confusos en una transición acelerada para ser los primeros en el apagón, aunque eso nos deje en tinieblas digitales mientras otros países dan pasos más tranquilos pero seguros hacia la convergencia de televisión, internet y los nuevos servicios de las redes de banda ancha.
Eso sí, encender la tele permite ver más canales, con mejor imagen (si tiene la suerte de una buena cobertura) y acceder a mejores servicios de subtitulado, idiomas y programación. Una televisión con más posibilidades para elegir.
Columna en los medios de Vocento